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El último tranvía de Málaga

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El Alcalde de Málaga Francisco de la Torre, junto con los concejales de Movilidad, Raúl López, Urbanismo, Francisco Pomares, y distrito Este, Carmen Casero, ha realizado este fin de semana la apertura al público de la exposición definitiva del histórico Tranvía de Málaga, que se ubica en la nueva plaza de Pedregalejo, junto al centro deportivo de la ACB. Se ha buscado un entorno que por su especial ubicación y trasiego permitan contar con unas mínimas garantías contra el vandalismo ya que en su anterior ubicación sufrió de un enorme deterioro.

Se persigue que no se vuelvan a repetir los actos vandálicos que sufrió en su anterior ubicación del Morlaco, que dieron origen a la necesidad de ser restaurado por el colectivo TRAN-BUS en las instalaciones de la EMT, reemplazando parte de los materiales, tal y como las maderas, al tiempo fue necesario darle un profundo tratamiento a los metales, dado el estado general de deterioro por el salitre.

Los tranvías de Málaga prestaban sus servicios hasta el año 1961, desde las cocheras de El Palo, donde finalmente vuelve. Posteriormente fue restaurado parcialmente y expuesto en el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso (El Morlaco). El paso del tiempo, la cercanía al mar y el salitre hizo que se deteriorara, de tal forma que se promovió su total reconstrucción.

Esta restauración fue realizada por TRAN-BUS, con la colaboración de la Empresa Malagueña de Transportes, en sus instalaciones de Camino de San Rafael. Se emplearon más de 5000 horas por personal jubilado y en activo de la propia empresa, fuera del horario laboral, pertenecientes a la asociación TRAN-BUS, así como personal especializado en carpintería.

Dada las características de la carrocería, se emplearon maderas de alta densidad como fresno y pino del Báltico. La estructura metálica conllevó un proceso de limpieza consistente en retirada de pinturas antiguas, tratamiento antioxidante y pinturas especiales antihumedad.

También se recuperaron los colores corporativos del tranvía, de los que se tiene constancia fotográfica, con azul celeste en la parte baja de la cabina y los delanteros, y blanco en la parte superior quedando los marcos de ventana barnizados. Son los colores que se utilizaron desde que en 1930 se hizo cargo del mismo la Sociedad Malagueña de Tranvías, que posteriormente se convertiría en la Sociedad Municipal de Transportes y acabaría siendo la actual EMT.

La sala de viajeros consta de dos filas de asientos en un lado dobles y en otro sencillo, todos los asientos con respaldo direccionales en función de la marcha. Asimismo, se procedió a colocar elementos para el funcionamiento, como controlas, decorativos, y sonoros, concretamente 3 campanas, entre otros.